martes, 6 de octubre de 2015

Sin miedo, sin rechazo, sin tabú

Tengo la suerte de compartir momentos y secretos con niñas que están en las puertas de la menarquia, o las acaban de cruzar. Y siempre pasa lo mismo: ponen caras raras al principio ("¿de qué me está hablando esta?"), luego abren los ojos y escuchan con curiosidad y, finalmente, preguntan. Todo.
En el tiempo que llevo tratanto el ciclo menstrual con niñas he visto que es muy fácil, ellas te guían, ellas saben lo que quieren saber, saben cómo preguntar para entender la respuesta, tienen la curiosidad y las ansias de saber intactas. Eso es maravilloso. Es la puerta que ellas abren para que les entreguemos toda la información. No hay que tener miedo de dársela.
Digo esto porque compartiendo con ellas, detrás de cada risa nerviosa, se ven los tabús (cuerpo, sexualidad, desnudez, entre muchos otros) que les hemos dejado en herencia quienes caminamos delante. 

Es entonces necesario atravesar esos tabús y romperlos, aunque sea un poco. Darles ese ejemplo, contrario al que se ha venido dando. Porque cuando creamos la confianza necesaria para sacar el tema, cuando somos capaces de esperar a que se calme la risa y se formule la pregunta, ahí debemos ser capaces de responder. En ese instante ellas quieren saber y se abren, escuchan atentas, se quitan la vergüenza y se atreven a preguntar, se permiten entender, piden ejemplos y lenguaje claro. No puede temblarnos la voz. No podemos repetir el mismo mensaje, ni utilizar evasivas. Ellas tienen derecho a saber. No sé a vosotras, a mí me quitaron ese derecho y pretendo recuperarlo sabiendo y ayudando a saber. 

Cuando en el colegio se trata el tema, cuando a alguna amiga "le ha venido", cuando se ve cercano eso que también me va a pasar a mí, nace entonces la curiosidad y se mezcla muy fácilmente con el miedo y el tabú grabados a fuego, con los pensamientos propios de la adolescencia que sentencian a madres y padres como persona non grata ante cualquier tema relacionado con su intimidad. Hay que entender que si la losa del tabú pesa sobre nosotrxs, lxs adultxs, ellas la sostienen en gran medida. Si no nos enfrentamos nosotrxs esos a miedos callaremos, sin querer, sus ansias innatas (y necesarias) de saber.

Lxs niñxs de hoy son lxs adultxs de mañana. 
¿Cambiamos el mundo?

Banksy

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