viernes, 19 de septiembre de 2014

Opiniones: Madres e hijas hablan sobre el taller

En esta entrada se irán actualizando las opiniones que estoy recibiendo sobre el taller 
Menarquia, ciclo menstrual para niñas.

.   .   .   .

"El taller Menarquia, ciclo menstrual para niñas me pareció muy, muy interesante y agradezco mucho a Lara que le haya explicado a mi hija de manera tan natural y sencilla algo que a mí me hubiese resultado mucho más complicado.
Sobretodo me gustó la parte en que trata del respeto al propio cuerpo como base para exigir que los demás también lo respeten.
Muchas gracias y ¡¡¡Adelante!!!"
Esther, madre de una participante.

.   .   .   .

"Hola Lara,
Te escribo para comentarte que el 28 de agosto mi hija tuvo su primera regla, mientras estábamos de vacaciones. Sorpresa, un poco de nervios y gran alegría, fueron las emociones en ese momento. Ella lo ha llevado muy bien, como la niña tranquila y madura que siempre ha sido. Se sorprendió de ver que no le dolía nada y que podía hacer sus actividades como siempre. Está deseosa de poder contárselo a sus amigas de cole!!
Creo que fue todo un acierto que pudiera hacer el taller contigo. Me gustaría que nos enviaras el material sobre el que trabajasteis en el taller, para repasar algunas cosas, ya que creo que dijiste que lo podrías enviar por e-mail.
Quería darte las gracias por la ayuda que le has prestado a mi hija y animarte a que sigas ofreciendo estos talleres para niñas.
Te enviamos las dos un fuerte abrazo.”
Cristina, madre de una participante.

.   .   .   .

"Gracias a lo que ha aprendido mi hija en el taller he comprendido muchas de las cosas que me han pasado a mí a lo largo de mi vida. Estoy feliz de saber que ella sí tiene la oportunidad de entender su cuerpo y no rechazar su menstruación. Estoy feliz de que me enseñe. Gracias por ayudarnos a saber."

Carolina, madre de una participante.

.   .   .   .

"Nunca había considerado que el ciclo menstrual fuera algo tan importante. Para mí ha sido siempre una molestia y pensaba que para mi hija sería igual. Pero la información del taller que da Lara me llamó mucho la atención y no me equivoqué. Mi hija está deseando que llegue su sangre, como ella dice, y eso tiene muy buena pinta. Miles de gracias! Te avisaré cuando reciba su menarquia!"

Núria, madre de una participante.

.   .   .   .

Fotograma de la película "Charlie Chaplin & 'Fairies' in Sunnyside".

martes, 9 de septiembre de 2014

Eco-Menstruación: la alternativa

La menstruación nos acompaña durante una media de 37 años. 37 años en los que, cada mujer, cada mes, utiliza unas 16 compresas y unos 8 tampones. Al menos yo utilizaba eso, como mínimo. Es evidente que las compresas y tampones desechables juegan un penoso papel contra el medio ambiente, pero no lo es tanto el efecto que tienen en nuestros cuerpos. 

Es tal la lucha de este sistema para convertir la menstruación en algo vergonzoso y anti-higiénico que las grandes empresas del sector de la "higiene femenina" se esmeran enormemente en atiborrarnos de productos anti-olor y anti-vista; eso se consigue con productos químicos y plásticos nada recomendables para nuestro cuerpo, que no hacen sino desconectarnos de nuestro ciclo natural. Debido a esos productos tenemos una imagen completamente distorsionada de la realidad, pues resulta que la menstruación no apesta, ni es asquerosa, ni es tan abundante como pensamos. Además, el hecho de tirarlos a la basura convierte a nuestra sangre en basura.

Hoy en día podemos disfrutar de productos de eco-menstruación que respetan el planeta, nuestro cuerpo y nuestro bolsillo, pues a pesar de ser más caros duran muchísimo tiempo. Es una muy buena inversión, podéis hacer el cálculo del dinero que nos ahorramos aquí

Además, hay para todos los gustos y colores:

En primer lugar, las compresas de tela. Hay quienes dicen que es una vuelta atrás, pues no hace tanto tiempo se utilizaban trapos de tela a modo de compresas. Mi respuesta es que quizá nunca debimos salir de ahí en este aspecto. 
Las compresas de tela están realizadas con productos que permiten la transpiración, de forma que los posibles olores se disipan y la piel no sufre irritación. Si además son ecológicas, mucho mejor. 
A diferencia de los antiguos trapos, estas compresas tienen formas y tamaños diferentes, tienen alas y se colocan con un simple click que las mantiene sujetas a la ropa interior sin prolema. Tienen dentro una esponja absorbente que aguanta tanto o más que una compresa desechable. Lavarlas es tan sencillo como dejarlas en remojo en agua fría o sostenerlas bajo el grifo, justo al quitarlas, cuando la sangre todavía no se ha secado. Se dejan secar y están listas para usar a las pocas horas. Al finalizar los días de menstruación pueden lavarse en la lavadora. Con unas 8 o 9 compresas es suficiente, se pueden tener tres de cada tamaño, pequeñas, medianas y grandes, eso ya depende de la cantidad de menstruación de la niña o mujer. Dependiendo del tipo de material y de su calidad, pueden llegar a durar un mínimo de 5 años.

En segundo lugar, los tampones de esponja marina. No recomiendo mucho su uso debido a que, si todas las mujeres nos pusiéramos de acuerdo, las acabaríamos extinguiendo. No es el más sostenible, pero sí lo recomiendo para las niñas más pequeñas, durante las primeras reglas. Generalmente vienen dos esponjas, y hay que cortarlas en trozos para hacer los tampones. Así de sencillo, se introduce en la vagina y ni se nota, se amolda a los movimientos y no es violento para las niñas porque se puede llegar a hacer muy estrecha cuando se aprieta. Lavarlo es tan simple como ponerlo bajo el grifo e ir apretándolo bajo el agua hasta que quede limpio. Se deja secar y listo para volver a usarlo. Con dos esponjas es más que suficiente para unos dos años de tiempo. Sus ventajas ante el tampón desechable es que no contiene químicos ni deja restos en la vagina y, de dejarlos, estos no afectan para nada al cuerpo pues son completamente naturales; además, al estar completamente introducido en la vagina protege de las infecciones que el tampón produce en muchos casos, por absorver el orín a través del cordón que cuelga hacia el exterior exponiendo a la vagina a sus bacterias. Son sencillos y cómodos de usar, por ello no es mala idea que las niñas experimenten con ellos antes de pasar a algo que, de entrada, les puede resultar más violento, como la copa menstrual, pero que es mucho más recomendable por ser algo fabricado y no algo que se obtiene de ecosistemas marinos.

En tercer lugar, la copa menstrual. Es, en mi opinión, el mejor método de todos pero entiendo que, para las niñas, no debe ser el primero que se contemple. Se trata de un recipiente hecho de silicona médica hipoalergénica que se introduce en la vagina y, haciendo ventosa, recoge el flujo menstrual sin temor a pérdidas. Es como un tampón pero, igual que los tampones de esponja marina, protege de infecciones por estar completamente introducida en la vagina. Además, es infinitamente más cómoda por su material blando y su forma suave. Realmente es fácil olvidarse de que la llevas puesta, increíblemente cómoda para hacer cualquier actividad.
Lavarla no podría ser más sencillo. Cuando se vacía se le pasa un agua y cuando la menstruación se va, simplemente hay que hervirla durante 3 minutos en agua, sin jabón y sin nada, y guardarla en su bolsa de algodón hasta el próximo periodo.
Hay diferentes tallas, dependiendo del fabricante, pero las más comunes son dos. Existe alguna marca que las tiene para niñas menores de 18 años, pero no es la norma. También las hay de diferentes colores, aunque yo recomiendo la transparente; la copa es el único método que permite medir realmente la calidad y cantidad de la menstruación, muestra el color, el olor, la cantidad y la textura y, si la copa es de color, puede despistar. Conocer el aspecto de nuestra menstruación sana nos permite darnos cuenta cuando algo no está bien o está fuera de lo común, es importante para adelantarnos a posibles patologías.

En el mercado hay un sinfín de marcas, modelos y tipos de todos estos productos. Es algo que merece la pena ofrecer a las niñas. Estos métodos alternativos nos obligan a dedicarnos un rato, a lavar, a tocar, a mirar nuestra menstruación; sin duda eso cambia la relación con nuestro cuerpo y, por tanto, el concepto que tenemos de él y de nosotras.

sábado, 6 de septiembre de 2014

Aprender soñando. La simbología de los cuentos.

Los/as niños/as tienen una curiosidad innata que devora el conocimiento si este se les explica de forma que entiendan y les despierte los sentidos. El aburrimiento es el principal enemigo y es tremendamente fácil que los/as niños/as se aburran. Por ello, estimulando su imaginación (algo muy fácil de desarrollar en ellos/as) es más fácil que entiendan e integren conceptos que no siempre sabemos cómo explicar. En este caso, la estimulación nos la ofrecen los cuentos y el concepto es el ciclo menstrual.

Desde épocas antiguas los cuentos se han utilizado como método para explicar al mundo valores y lecciones. Siempre tienen una moraleja y muchísimo simbolismo oculto tras fantasiosas metáforas.

Evidentemente el mensaje es diferente dependiendo de la pluma de la que sale y es fácil que, con el tiempo, los cuentos se manipulen hasta el punto de dar una copia distorsionada de lo que en un principio fueron. La influencia de, por ejemplo, Walt Disney y su sistema de valores completamente patriarcal, en los cuentos de tradición popular ha hecho que circule un mensaje pervertido de esos cuentos.

No obstante, hay simbolismos que ni siquiera Disney puede eliminar, pues fueron inteligentemente escondidos tras el cuerpo de un suceso o personaje, sin el cual, la historia no tiene sentido. Es el caso de, por ejemplo, Blancanieves, La Caperucita Roja y la Bella durmiente. Todos ellos tienen guardada un referencia a la menstruación.

En el mito de Perséfone, ésta es raptada por Hades, dios del inframundo. Su madre, Deméter, la buscó hasta la saciedad. Desesperada, pidió ayuda a Zeus para recuperarla. La negociación con Hades fue clara: la muchacha podría salir del inframundo siempre y cuando no probara bocado de lo que allí había. Pero, no sabemos si engañada por Hades o por voluntad propia, Perséfone comió seis semillas de granada y eso la condenaba a no poder volver jamás al exterior.
Deméter se volvió loca, se entristeció hasta tal punto que dejó de actuar como diosa de la naturaleza y el mundo se fue marchitando hasta sumirse en un profundo e interminable invierno.
La situación era insostenible, así que Zeus decidió volver a negociar con Hades. No sabemos qué le ofreció a cambio, pero Hades aceptó que Perséfone pasara seis meses del año junto a su madre a condición de que los otros seis regresara a su lado. Así, cuando madre e hija estaban juntas, tal era la dicha de Deméter que todo florecía. Al contrario, cuando Perséfone debía regresar junto a Haces, tal era su pena que los árboles perdían sus hojas y las flores se morían, dejando al mundo sin color.
En este mito griego se puede comprobar fácilmente el simbolismo de la granada con la menstruación, fruta del inframundo, de lo oculto, y los cambios de estación con el ciclo menstrual: cuando Perséfone está con su madre llegan la primavera y el verano, que simbolizan las fases preovulatoria y ovulatoria, las fases expresivas del ciclo; por el contrario, cuando Perséfone regresa con Hades la vida empieza a desaparecer hasta que no hay nada, sólo hay quietud mientras se espera su regreso, el otoño y el invierno se suceden implacables, simbolizando las fases premenstrual y menstrual, las más introspectivas del ciclo.
Hades representa la intuición, lo oculto, lo prohibido. La menstruación nos abre una puerta a nuestra intuición. Perséfone se adapta perfectamente a la situación, se deja llevar por la sabiduría que le otorga su sangre y se convierte en la reina del inframundo.

Lamentablemente, en los demás cuentos no se conserva (quizá nunca fue tan claro) el simbolismo tan evidentemente como en el mito griego. Es posible que no se haya manipulado debido a su antigüedad y su contexto. Es sabido que en la antigua Grecia el conocimiento se transmitía a través de los mitos y sería un sacrilegio distorsionar algo así.

En el caso de Blancanieves, la menstruación se oculta tras la roja manzana. La bruja (la intuición) ofrece la manzana a Blancanieves y ella la muerde. Es un claro simbolismo a la menarquia. El cuento que se difunde actualmente define a la intuición como la bruja malvada que debilita a la joven con una fruta envenenada, dejándola impotente y sometida al encantador príncipe que pueda salvarla con un beso que en ningún momento es consentido por ella, pues está inconsciente. Pero, si ignoramos el mensaje patriarcal y limitante al más puro estilo Disney, ahí están: la intuición y la menstruación, juntas de nuevo. La bruja no es malvada, asusta porque sabe. Y quiere que Blancanieves sepa.

En el caso de la Bella durmiente sucede lo mismo. La bruja maldice a la bella, inocente y sobreprotegida princesa: cuando cumpla 16 años se pinchará con una rueca que la condenará a dormir hasta que un príncipe encantado aparezca para despertarla, besándola aunque ella no pueda negarse (o asentir), por el derecho que le otorga la profecía.
De nuevo la intuición presentándose como la despiadada bruja, la menarquia escondida tras la sangre del pinchazo y la joven debilitada con su llegada.

El cuento de la Caperucita Roja, en cambio, tiene un simbolismo, para mí, mucho más profundo que los dos anteriores, pues en él no aparece el amor romántico como forma de sometimiento femenino pero sí los valores patriarcales y morales.
Hay una niña que se pone su roja capa y se dirige a casa de su abuela. Hay un camino marcado y correcto que atraviesa el bosque pero está fuera de él. Hay una madre que advierte, con insistencia, que no es buena idea introducirse en el bosque, pues hay un lobo que anda suelto. Caperucita obedece pero es el lobo el que acude a su encuentro, sin salir del bosque, pero la llama y le incita a salirse del camino. El lobo acaba comiendose a la abuela y a la niña y es el noble leñador el que consigue rescatar a las indefensas mujeres del terrible lobo feroz. La moraleja del cuento original de Charles Perrault advertía a las jovencitas de las malas intenciones que puede esconderse tras los hombres apuestos que se aparecen al camino, representados por el lobo, que quería enseñarle a Caperucita los secretos más profundos del bosque.

Aquí el lobo es la intuición, aquella que intenta introducirte en el bosque sacándote del camino correcto porque es el que se ha marcado como tal. La menstruación está representada con la capa roja de la niña y la madre, el leñador y el camino correcto son las trampas del sistema para mantenernos sometidas y que no corramos, como lobas, hasta el interior del bosque, nuestra esencia, a encontrarnos a nosotras mismas, a gobernar nuestra propia oscuridad, nuestro poder y nuestra fuerza. Evidentemente, el sistema prefiere que creamos que el bosque es peligroso y que el lobo nos va a comer, así que no es aconsejable salirse de la norma establecida.

Las niñas crecen con los cuentos y desean ser las protagonistas de éstos. Dependiendo de lo que se les cuente serán princesas atontadas que decidan cargar con el primer príncipe encantador que se les cruce en el camino o caperucitas valientes que corran bosque a través para encontrar al lobo y aprender a aullar bajo la luna.

Lo que la sociedad cree de la menstruación es un cuento, contémoslo de otra manera y creemos la base para que las niñas se conviertan en mujeres libres y empoderadas, que se aceptan, se respetan y son conscientes de su poder. Cuando el poder se reconoce, no se cede jamás.

Monthlies

Un documental que explica a las niñas y las adolescentes el ciclo menstrual desde un punto de vista alternativo. Muy recomendable.
Ver online aquí.

Fotograma del documental Monthlies, de Diana Fabianova.

Carta de presentación

Me llamo Lara y tengo 28 años. Vivo en Barcelona.

Estudié Relaciones Laborales y Seguridad Laboral pero de un tiempo a esta parte me he dedicado a formarme en diferentes temáticas sobre feminidad consciente. 

Cuando aprendí sobre mi ciclo menstrual mi vida dio un cambio completo, a mejor. Es por eso que desde entonces considero de vital importancia que esa información se difunda entre el máximo de mujeres posibles. Con el tiempo la idea se perfeccionó y me planteé seriamente hacer una adaptación del taller para las niñas.

Las niñas de hoy serán mujeres mañana. Es importante que todas las mujeres tengan esta información en sus manos pero que la tengan las niñas es imprescindible para garantizar que crezcan y convivan con su menstruación desde un principio aceptando que es algo natural que nos permite tener hijos/as si así lo deseamos y que nos limpia y renueva de lo que ya no necesitamos, tanto física como emocionalmente. Hasta ahora la mayoría hemos considerado la menstruación como una lacra, un castigo, hemos desarrollado nuestra feminidad rechazando la esencia, la hemos considerado sucia, repugnante y molesta, algo a ocultar y de lo que avergonzarse. 

Reconciliarme con esa parte de mí me hizo libre. El objetivo de explicar el ciclo menstrual a las niñas con un enfoque renovado es que ellas nunca dejen de serlo.

Para cualquier información sobre mí o sobre el taller, para cualquier duda, comentario o sugerencia, escríbeme a talleres@energiaenfemenino.es.

Mi menarquia

Recibí mi menarquia el 8 de abril de 1997.

Recuerdo que me desperté con un dolor en el bajo vientre que no me resultaba familiar, pero no esperaba lo que me iba a encontrar: mis blancas braguitas estaban cubiertas de una pasta granate.
Me horroricé, me asusté mucho, pues con 11 años recién cumplidos prácticamente no había oído hablar de la menstruación ni de lo que ésta suponía. Así que con los ojos llenos de lágrimas y con las bragas bajadas salí corriendo a buscar a mi padre (mi madre estaba trabajando) y me calmé un poco cuando él, muy tranquilo, me dijo que no pasaba nada, que me pusiera una compresa y que le dijera a la maestra cuando llegara al colegio que mi menstruación había llegado.

Fue un día extraño. Como tenía permiso para salir al baño siempre que lo necesitara, cada media hora corría a investigar. Me llamaba la atención ver cuánto había manchado la compresa, era algo curioso. La cambiaba cada vez, así que gasté un buen montón de ellas.

Con los años la novedad pasó y mi relación con la menstruación se vio afectada por las opiniones ajenas, por la consideración de la sociedad, por las reacciones acusadoras y la verguenza ante una posible mancha... así que mi curiosidad se volvió rechazo. La oculté con tampones, me anestesié con píldoras y la soportaba porque no tenía más remedio.

Hasta que la redescubrí. De eso hará más o menos un año. Por eso celebro este aniversario como si fuera el primero, pues es el primero en el que, como aquella niña, corro a ver cuánto se ha llenado mi copa menstrual con la curiosidad intacta.

Mi relación con mi menstruación se ha sanado y eso ha hecho que acepte una parte de mí importantísima, mágica y ancestral.


Hoy felicito a esa niña porque puede celebrar su coronación como reina del inframundo sin vergüenza ni tabúes.


Menarquia: el taller

¿Qué significa menstruar? ¿Qué cambia en mí a partir de ahora?
¿Por qué no tengo siempre la misma energía? ¿Por qué no siempre estoy de buen humor?

Estas son algunas de las preguntas que las niñas pueden hacerse antes y después de recibir su primera menstruación y no siempre sabemos cómo responderlas.

Este taller nace con la intención de explicar a las niñas lo que significa habitar un cuerpo femenino cuando éste ha realizado los cambios que corresponden a la menarquia, con el objetivo de evitar rechazo, miedos y tópicos que nada tienen que ver con la realidad.
Entender nuestra feminidad desde el principio es la clave para crear una relación sana con ella y con nosotras mismas, una relación de respeto y aceptación que siempre ha sido necesaria y que ahora, para ellas, es posible. Si conseguimos que las niñas se respeten por encima de todas las cosas podremos garantizar que no toleren las faltas de respeto ajenas.
El ciclo menstrual va estrechamente ligado a la sexualidad femenina. El conocimiento de nuestro cuerpo y sus ciclos nos otorga poder sobre nuestra reproducción y nuestra sexualidad. Es importante que las niñas entren en la adolescencia siendo conocedoras de su cuerpo para que puedan reconocer así qué quieren y cuando lo quieren, hecho que afecta a las relaciones y a los métodos anticonceptivos que decidan utilizar. 

Igual que la tierra y la luna, las mujeres somos cíclicas, lo que acaba vuelve a empezar como en un círculo sin principio ni final. En este espacio se explicará cada una de las diferentes fases que manifestamos física y emocionalmente, así como sus características y el porqué de éstas, comparándolas con las fases de la luna y las de la tierra y con los cuatro arquetipos relacionados. Las niñas aprenderán lo que significa ser cíclicas, cómo les afecta y cómo pueden sacarle el mayor provecho. Aprender a vivir teniendo en cuenta nuestra naturaleza cíclica nos facilita el camino.

Además, las niñas recibirán toda la información sobre los diferentes productos de higiene femenina sostenibles y respetuosos con nuestros cuerpos y con el planeta. Las compresas de tela, las copas menstruales y los tampones de esponja son las perfectas alternativas a las compresas y tampones desechables y, a la larga, mucho más económicas.

Entre risas y caras de sorpresa se crea un ambiente que invita a la confianza y a la curiosidad. Ellas están dispuestas a dar una oportunidad a todo. La información es básica para desarrollar una realidad alternativa y muy necesaria respecto a la menstruación y el cuerpo femenino.

La edad recomendada para realizar este taller es a partir de 9 años, aunque puede haber excepciones. El precio es de 15 euros por persona y la duración es de, aproximadamente, dos horas. Para organización del taller en centros educativos se puede ajustar el precio dependiendo de la cantidad de niñas que asistan.

Las fechas y lugares en las que se realizará se irán actualizando en este blog. Si te suscribes recibirás la actualización de las entradas en tu e-mail.

Si estás interesada en que tu hija o cualquier niña/s cercana/s a tí aprenda todo lo necesario sobre el ciclo menstrual, ponte en contacto conmigo enviando un e-mail a talleres@energiaenfemenino.es.